El Sueño Azul/A Blue Dream, by Clara Cánovas Pérez

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El Sueño Azul

Tras un largo viaje, cuatro aviones y un barco ya me encuentro en Dhigurah. Es mi primera noche aquí y no puedo dormir. Se escucha el ruido de la lluvia caer sobre las hojas y el ruido del mar de Laquedivas. En estas aguas merodean seres majestuosos. Sumergirse en ellas impone un respeto, es un miedo a lo desconocido pero sé que una vez nade en sus aguas me sentiré atrapada donde quería estar, en el mar.  Como Herman Melville bien anotó “hay un no se sabe qué grato misterio acerca del mar, cuyos suaves y terribles movimientos parecen hablar de un alma oculta en su fondo”.

Ha llegado el día, somos nueve chicas de diferentes partes del mundo: Islas Mauricio, Maldivas, Alemania, España, Australia, Malasia e Inglaterra y con un único fin, la conservación de los fondos marinos de Maldivas. Nos sumergimos y tuvimos nuestro primer encuentro con un tiburón ballena, Chiko (que nunca olvidaré) y así día tras día estuvimos nadamos junto a ellos y tortugas carey, tortugas verdes, mantarrayas y pudimos observar frecuentemente delfines. Son jornadas intensas y muy gratificantes, anotando comportamientos de los tiburones ballena, foto-identificándolos y en pocos días ya puedes distinguirlos individualmente. Hay algunos que tienes el placer de ver en más de una ocasión. Es en estos momentos es cuando te das cuenta de la diversidad submarina tan diferente que hay entre el Océano Índico y “mi” Mar Mediterráneo, que cuando te bañas en él, sientes una sensación de vacío y soledad ya que está tan castigado por el ser humano.

Ya ha pasado una semana y no quisiera marchar; el contraste de los diferentes azules en el mar es cautivador, la amabilidad de la gente local, su alegría y su forma de vivir es admirable.  Es hora de retirarse,  son días largos y emotivos. Con los ojos cerrados a punto de dormirme oigo de fondo el sonido cautivador del Boduberu, poco a poco me voy durmiendo con una ligera sonrisa. Llegará el momento de decir hasta pronto y sé que alguna lágrima caerá pero como bien dijo Karen Blixen “la cura para todo es siempre el agua salada: el sudor, las lágrimas o el mar”.

Ya en mi país al dormir, sueño frecuentemente con todo lo que he vivido allí en Maldivas. Como expresó Calderón de la Barca, hace varios siglos “la vida es sueño y los sueños, sueños son”. Para volver aquí mi imaginación y mis sueños me llevarán sin duda a ese bello país que un día me acogió.

Así pues, me gustaría dar las gracias a las compañeras que me han acompañado estos días. En especial a Iru y Alex por su entusiasmo y su experiencia en el campo, y a Nicole, Jess, Nuraini, Carol, Belinda y Svenja que han dedicado al igual que yo su tiempo libre para venir a proteger un lugar del cual no proceden pero sí como habitantes de esta tierra.

Por último agradezco a todo el personal de TME Retreats, Island Divers y a Faruk y Gasimbe por su profesionalidad y atención en el Dhoni, así como a los habitantes permanentes de la isla que en todo momento nos han acogido con mucho cariño.

¡Hasta pronto!

A Blue Dream

Week 1

This exciting journey begins with four flights and a boat passage, reaching my final destination Dhigurah. It is my first night here and I can’t sleep. I can hear the sound of the raindrops falling on the leaves and the Laccadive Sea. These majestic waters contain an uncountable number of sea creatures. To submerge myself in this sea, imposes a great respect. It is a fear of the unknown, but once I have the opportunity to swim in its waters I will be drawn by its forces.

As Herman Melville well noted, “there is one knows not what sweet mystery about this sea, whose gently awful stirrings seem to speak of some hidden soul beneath.”

The expected day has arrived, nine women from different parts of the world (Mauritius, Maldives, Germany, Spain, Australia, Malaysia and England) have gathered together. We are all here for a same purpose, the conservation of the marine ecosystems of the Maldives, in particular we are here to help in a whale shark research programme.

We plunge into the water, our first encounter is “Chiko” a whale shark, followed by an infinite number of other species. Day after day we have the opportunity to see extraordinary whale sharks together with hawksbill turtles, green turtles, manta rays and dolphins. We record whale shark behaviour, photo-identify them and after a couple of days we can already distinguish the whale sharks individually, as we encounter some of them more frequently than others.

Our days here are intense and very rewarding. I suddenly realise the vast difference in biodiversity between the Indian Ocean and “my” Mediterranean Sea, as well as its sea life abundance. When you dive in some areas of the Mediterranean Sea you feel desolate and lonely as it has been greatly exploited by us, the humans.

Week 2

A week has already passed and I don’t want to leave; the colour range of the landscape is spellbinding, the friendliness of the local people, their joy and their way of living is enthralling.

It is time to go to bed, with my eyes closed I try to fall asleep whilst I hear the captivating sound of the Boduberu in the background. In a few days time I will have to say “See you all soon!” and go back home. I know that I will shed a tear, but as Karen Blixen once said “the cure for everything is always salt water: sweat, tears or the sea.”

Home

Back in my country, I often dream about everything I lived in the Maldives. As Calderon de la Barca, exposed several centuries ago “where life and dreams are as one, and living has taught me this: man dreams the life that is his, until his living is done”. In order to be back in Dhigurah, my imagination and my dreams will undoubtedly take me to this beautiful country that once welcomed me.

I would like to thank my friends who have accompanied me in this amazing journey. Specially Iru and Alex for their enthusiasm and their experience in the field. Also Nicole, Jess, Nuraini, Carol, Belinda and Svenja who have dedicated part of their time to come and protect a country from which they do not come from, but do as inhabitants of the Earth we live in.

Finally I would like to express my gratitude to all the staff of TME Retreats, Island Divers and Faruk and Gasimbe for their commitment and attention onboard the Dhoni, as well as Luke for his knowledge in oceanography and the permanent inhabitants of the island, who at all times have treated us with much affection and hospitality.

Hasta pronto!